A Miguel y Marina les regalaron una sesión de fotos. Cuando reservaron la cita nos preguntaron si podían traerse a su perrita.
Ya sabéis que aquí adoramos a todo tipo de mascotas, y no pudimos evitar que se nos iluminaran los ojos cuando aparecieron por la puerta con la pequeña Poika. Un pequeño torbellino que no paraba quieta por el estudio. La sesión fué divertidísima y Miguel y Marina un encanto.